El ser humano tiene instinto de espacio. Sin pertenencia de espacio, no existimos.
Talvez por esto es que aveces siento que existo menos; siento que no tengo un lugar mío. Me he acostumbrado a las invasiones de espacio, a que nada me pertenezca y a no pertenecer.
Es como si simplemente no tuviera instinto de pertenencia. No asumo nada como mío: “las personas no les pertenecen a nadie, se pertenecen a sí mismas”, “las ideas le pertenecen al universo”, “hay que compartir”…
Creo que por el tanto tratar de no ser egoísta, he mandado el instinto de pertenencia al carajo.
Ando por la vida tratando de no aferrarme a nada ni a nadie, lo cual hace todo tan más difícil cuando me aferro.
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